jueves, 17 de marzo de 2016

Room inspection

Cuando tus hermanos te llevan más de diez años es fácil pasar el tiempo a solas: ellos se preparan para sus exámenes de la universidad, la tesis de la maestría, o simplemente ya no viven allí. La casa está a tus anchas y descubres que los días son apenas suficientes para inspeccionar cada cajón y estante, así que se pasa el tiempo sin mayor dificultad.
Al reflexionar no comprendo cómo es que no asociaba las puertas con los límites y la privacidad de quienes dormían allí, pero lo cierto es que yo consideraba la casa como un todo, y jamás pensé que entrar a los cuartos de mis hermanos estuviera mal. Sólo sabía que mi hermana se molestaría, pero a mi hermana le molestaba mi existencia en general, así que no habría mucha diferencia. 

El cuarto de mi hermana representaba un reto, la adrenalina de ser atrapada, la emoción de la aventura: el lugar más desconocido de toda la casa, con tiempo límite para intentar ser explorado. Lo recuerdo inmenso y oscuro, siempre con las persianas cerradas, la cama desecha y ropa por todos lados: resultaba particularmente difícil de navegar sin dejar huella, pocas veces lograba hacer descubrimientos. Un día logré entrar, ya mayor, las persianas abiertas y su habitante fuera de la casa. Abrí una caja de galletas llena de recuerdos. No leí nada, pues finalmente entendía que no era de mi incumbencia, (aunque no tanto como para no hacerlo). Recuerdo un condón sellado con un nombre y un año. Quise hacer una historia de lo que habría pasado, pero tras no querer hacer un esfuerzo por imaginarlo, supe que no volvería a husmear su cuarto.

El cuarto de mi hermano era otra cosa, si bien el de mi hermana era la enorme curiosidad de saber qué habría allí, cómo era ella, el de mi hermano era Narnia. Entrar se sentía como visitar un lugar mágico, imaginar todo lo que haría allí, ver sus discos, sus figuras, sus curiosidades. Tenía un cajón unas tarjetas con fotografías de animales, sus características e información taxonómica, y yo las miraba e imaginaba verlos, estudiarlos, e inventaba historias fantásticas con sus encuentros. Siempre paraba y corría al llegar a los arácnidos, particularmente a la tarántula.

No siempre fue así, debo decir. Si bien siempre me sentí cercana a él, su cuarto me daba miedo. A diferencia del de la hija media, el suyo tenía cortinas que impedían el paso de luz severamente. La primera vez que entré fue a medianoche, por una pesadilla. Me escabullí y le pedí permiso de dormir allí, solo para azotar contra el piso desde la cama y dormir en el suelo. Al día siguiente decidí ver ese cuarto de día, sólo para darme cuenta que adentro siempre era de noche. Tomé valor y entré corriendo hasta topar con la ventana, asomarme a la calle y recordar la luz: dejarla pasar. Había llegado el momento de conocer los contenidos de la habitación, Giré la cabeza poco a poco, de izquierda a derecha, y entonces lo vi: un enorme póster con un tiburón blanco abriendo las fauces. Solté la cortina, pegué un grito y me acuclillé en el piso. Sentí latir mi corazón, pero pensé: "si a mi hermano le gustan, no deben ser malos". Me levanté y lo miré de nuevo, desafiante.  Podría llegar a ser bonito.

Y por eso me gustan los tiburones.


The physical impossibility of death in the mind of someone living
Damien Hirst. 1991.

También es la razón por la que insistí en quedarme con su cuarto cuando se fue de la casa en lugar del que ya tenía. Amor.

2 comentarios:

  1. Una entrada muy interesante. Me hizo dar cuenta de que no tuve la misma experiencia que vos. Y realmente se ve como una gran experiencia.
    Con mis hermanos la diferencia de edades es muy corta y toda mi vida compartí la habitación con mi hermana, así que realmente no había mucho que explorar, salvo por la habitación de mi hermano, pero al ser él el menor, tampoco habían muchas cosas interesantes aparte de juguetes.
    Anyway, me encanta la razón por la que te gustan los tiburones. Y el que hayas querido quedarte con su habitación cuando él se fue también es genial. Y por alguna razón no puedo dejar de pensar en esa habitación como un lugar mágico.

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    1. Fue realmente un lugar mágico~
      Hasta que se volvió en mi habitación, y así yo ya conocía todo lo que había por conocer allí xD

      Gracias por comentar, Flo~ Me encanta saberte por allí <3~

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